Transtornos Cognitivos

Los trastornos cognitivos se definen como un deterioro significativo de la capacidad del individuo para procesar y recordar la información. En el DSM IV (American Psychiatric Association 1994) se describen tres tipos fundamentales de estos trastornos: delirio, demencia y trastorno por amnesia. El delirio se desarrolla durante un breve período de tiempo y se caracteriza por afectación de la memoria reciente, desorientación y problemas del lenguaje y de la percepción. El trastorno por amnesia se define por una alteración tal de la memoria, que los afectados no pueden aprender ni recordar la información nueva, si bien no presentan ningún otro deterioro asociado de la función cognitiva



Habitualmente, ambos trastornos se deben a los efectos fisiológicos de una enfermedad sistémica (p. ej., lesiones craneoencefálicas, fiebre alta) o al uso de sustancias psicoactivas. No hay apenas razones para sospechar que los factores laborales intervengan directamente en la génesis de los mismos. Sin embargo, ciertas investigaciones sugieren que los factores profesionales podrían influir en la probabilidad de sufrir las múltiples deficiencias cognitivas que constituyen la demencia.




Ansiedad y el trabajo

Los trastornos por ansiedad, al igual que el miedo, la preocupación y la aprensión subclínicos y los trastornos relacionados con el estrés asociados, como el insomnio, parecen tener una gran penetrancia y mostrar una prevalencia cada vez mayor en los centros de trabajo en el decenio de 1990, tanto que, de hecho, el Wall Street Journal ha dicho que este decenio es la “Edad del Angst” laboral (Zachary y Ortega 1993). Los recortes de plantilla, la amenaza a los derechos adquiridos, los despidos, los rumores de despido inminente, la competencia a nivel mundial, la obsolescencia de las cualificaciones y la pérdida de éstas, las reestructuraciones, reconversiones, adquisiciones, fusiones y otras fuentes de confusión organizativa han erosionado la sensación de seguridad laboral de los trabajadores y han contribuido a crear una “ansiedad relacionada con el trabajo” evidente, aunque difícil de medir (Buono y Bowditch 1989).


Aunque parecen existir ciertas diferencias y variables moderadoras situacionales, Kuhnert y Vance (1992) señalaron que los trabajadores manuales y los empleados administrativos que comunicaban mayor “inseguridad laboral” presentaban también una ansiedad y una sintomatología obsesiva-compulsiva significativamente mayor en una lista de comprobación de síntomas psiquiátricos.




Transtornos relacionados

La depresión mayor es sólo uno de varios trastornos relacionados, que se agrupan en la categoría “trastornos del estado de ánimo”. El mejor conocido de ellos es la enfermedad bipolar (o trastorno “maníaco-depresivo”), en la que el paciente alterna períodos de depresión y de manía, esta última con sentimientos de euforia, menor necesidad de dormir, energía excesiva y rapidez del habla, y que puede progresar a la irritabilidad y a la paranoia. Existen varias versiones distintas del trastorno bipolar, dependiendo de la frecuencia y la gravedad de los episodios depresivos y maníacos, de la presencia o ausencia de rasgos psicóticos (delirio, alucinaciones), etc. 



De igual modo, la depresión es también variable en función de su gravedad, la presencia o ausencia de psicosis y los tipos de síntomas más destacados. Una vez más, escapa al ámbito de este artículo describir todos estos aspectos, pero el lector puede consultar el DSM IV para hallar un listado completo de todas las formas de trastorno del estado de ánimo.

¿Cuál es la importancia de la salud mental?

La importancia de la salud mental radica en que ante su ausencia, la persona es incapaz de desenvolverse adecuadamente en la sociedad, incluyendo el campo laboral. También su ausencia suele comprometer la salud física de la persona, generando patologías y enfermedades que pueden llegar a ser crónicas.


Las principales ventajas de que contar con una adecuada salud mental son las siguientes:

  1. Aumenta la productividad
  2. Mejora las relaciones sociales
  3. Mejora la salud física
  4. Mantienes actitudes positivas

Reconozca las señales de advertencia

Es muy importante identificar las señales de advertencia que podrían indicar que usted o un ser querido puede tener un problema de salud mental:

  • Dejar de compartir con personas o situaciones que solía disfrutar
  • Padecer de trastornos del sueño como el insomnio 
  • Tener los niveles de energía muy por debajo de lo normal
  • Consumir drogas o alcohol en exceso
  • Sufrir cambios de humor repentinos que afectan sus relaciones

Hay condiciones que son pasajeras, mientras que las enfermedades o trastornos mentales son permanentes y afectan la habilidad de funcionar día a día. Puede que la salud mental de una persona esté siendo severamente afectada, pero esto no significa necesariamente que tenga o que vaya a desarrollar una enfermedad mental. Mientras que, por otra parte, puede que una persona que sí tenga una enfermedad mental pueda tener periodos de estabilidad emocional y bienestar social.




¿Qué es estabilidad emocional?

La estabilidad emocional hace referencia a la habilidad de la persona para mantenerse estable y equilibrada. En el otro extremo, una persona que tiene un nivel bajo de estabilidad emocional tiende a experimentar fácilmente emociones negativas. Tener un nivel bajo de estabilidad emocional (neuroticismo) es parecido pero no igual a ser neurótico en el sentido freudiano.

Las personas que obtienen una puntuación baja en estabilidad emocional son emocionalmente muy reactivas. Tendrán una respuesta emocional ante acontecimientos que no afectarían a la mayoría de la gente. Una persona con una puntuación baja en estabilidad emocional en un test de personalidad tiene más probabilidades de sentirse amenazada o de estar de mal humor en una situación normal.

Transtornos Cognitivos

Los trastornos cognitivos se definen como un deterioro significativo de la capacidad del individuo para procesar y recordar la información. ...